Hoy una noticia me ha amargado el día pero me ha obligado a ponerme en el lugar de otras personas. Lo que llaman empatía puede revolver tus entrañas hasta hacerte vomitar tu pensamiento en, por ejemplo, un blog que lleva más tiempo abandonado que activo.
La noticia es la denuncia de la muerte de un joven gay a manos de un grupo de neonazis en Rusia. Estas joyitas tienden trampas a jóvenes homosexuales haciéndose pasar por uno de ellos, los torturan, graban las agresiones y las cuelgan en la red. Todo con total impunidad. Podéis ver sus repulsivas sonrisas en este
enlace y también pinchando
aquí.
Por lo visto, en Rusia han aprobado hace poco una ley que prohíbe la propaganda gay. Llaman propaganda a manifestarse reivindicando derechos que toda persona tiene por el mero hecho de serlo pero que les son negados a quienes viven su sexualidad de forma diferente. La razón de estas prohibiciones es que piensan que perjudican a los jóvenes.
Una cosa es la propaganda y otra la reivindicación. Yo sí que creo que no es adecuado para la evolución sexual de los/as adolescentes reducir la persona a su orientación sexual. Trataré de explicarme mejor: sexualidad es a sexo lo que personalidad es a persona. Al hecho de ser hombre o mujer, de tener testículos u ovarios, pene o vagina y los caracteres sexuales secundarios correspondientes se une todo el desarrollo evolutivo de la persona, su crecimiento personal. El ambiente en el que vive y ha sido educada y las experiencias que atraviesa a lo largo de su vida determinarán, junto con su temperamento y los condicionantes genéticos toda su personalidad de adulto, incluyendo su orientación sexual. La sexualidad es parte de la persona. Es una parte esencial, pero no creo que deba condicionar todos sus actos el hecho de ser heterosexual u homosexual. Ser gay no puede dictar qué ropa me gusta, qué música escucho, cómo hablo, ... Ser homo, hetero, bisexual es solo una parte de nosotros y no creo que haga falta hacer "propaganda" de ninguna de las dos condiciones.
Por otro lado, proliferan los personajes gays en las series de TV. En sí, este hecho es normalizador de una realidad. Pero lo que no me gusta de estos personajes es que suelen ser los mejores, los más íntegros y buena gente de entre todo un elenco de heterosexuales mentirosos, conspiradores, mezquinos,... Es como si el hecho de ser gay o lesbiana ya lo convierte a uno en alguien maravilloso. Uno es bueno, malo, honrado, tramposo, ateo, religioso, guapo, feo o del montón, gay o hetero o bi, ... La identificación gay = maravilloso es lo que considero propaganda perjudicial, porque no es real. Cada uno es como es, al margen de con quién se acueste.
No hace tanto que en España darle una paliza a un "maricón" era una gracia jaleada por no pocos. En todas las ciudades podíamos dar cuenta de grupos que salían con cadenas por si se encontraban con alguno. Y como salían a buscarlos, siempre encontraban alguno. ¡Cuántos chistes de mariquitas sobreviven todavía!
Pero no puedo dejar de imaginarme a un jovencito de 16 años caminando solo en busca de alguien como él; alguien con quien compartir su secreto en un país donde hablar de gays ya está castigado. Va con la ilusión y la inocencia propias de los muy jóvenes. Y en lugar de un alma gemela se encuentra con un grupo que lo ata, lo humilla, lo tortura y lo mata. Y lo exhibe impunemente. Un grupo que se encuentra amparado por todo un sistema tan cruel y despiadado como solo lo puede ser una sociedad "muy decente".
NO MIREMOS PARA OTRO LADO. NO ES PORQUE FUERA GAY, ES PORQUE ERA UNA PERSONA.