viernes, 3 de mayo de 2019

Mañanas felinas





Como cada día que es fiesta mi gata Aiko viene a despertarme por la mañana muy temprano. Primero maúlla, luego se sube a la mesilla y me mira fijamente. A veces camina a lo largo de la almohada, de lado a lado de la cama, por encima de nuestras cabezas. Extiendo la mano para acariciarla pero se aleja, ¡no quiere que la toque! Quiere que me levante. Me hago la loca y sigo dormitando. Entonces se alza sobre sus patas traseras y rasca la cortina que era preciosa antes de que llegaran ella y sus uñas...  Me acabo levantando porque se le acaba enganchando la uña en la cortina y el forcejeo  amenaza con volverse sietes.  Alguna vez tengo suerte y basta con un "¡Aiko, deja la cortina!" más un taco (el taco es importante, yo creo que lo entiende) y se va a despertar a mi hijo. Escucho protestar al muchacho desde su habitación con esa voz grave que se la puesto desde que la nuez ha duplicado su tamaño. Al final, me levanto.







Aiko no quiere comer todavía. Quiere salir un rato al balcón a soñar que caza pájaros. He descubierto que los gorriones son capaces de volar marcha atrás cuando se acercan confiados a la barandilla, justo antes de verla. Cuando oye que se abre la puerta del balcón,  Luna (mi otra gata) aprovecha la oportunidad y sale también, a la carrera. Cierro la puerta, aún hace frío. 
Desayuno. Con tranquilidad. Oigo golpecitos en el cristal y un maullido lastimero. Ahora quiere entrar. Abro. Entran las dos. Me miran y maúllan. En realidad, la que maúlla es Aiko, Luna solo espera a que la mayor haga todo el trabajo de comunicación con los humanos. 
"¿Qué quieres?", le pregunto con la voz con la que se le habla a un bebé o a un niño pequeño. Sé de sobra lo que quiere, pero me hace gracia que se dirija hacia el armario donde guardamos su comida sin dejar de mirarme para asegurarse de que le sigo. El rabo bien levantado y las pupilas dilatadas. 
Les pongo su comida, su agua, y las miro comer plácidamente mientras me pregunto: ¿quién es la mascota de quién? 
Si tienes gatos, sabes la respuesta...

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